viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Ha sido útil la ciencia en nuestras vidas?




El desarrollo de la sociedad viene marcado por la evolución del ser humano y por el avance científico. Desde el descubrimiento de la penicilina por Fleming en 1928, que supuso que muchas enfermedades con una alta mortalidad pudieran ser mejor tratadas con un menor efecto sobre la población, hasta la investigación de enfermedades actuales de las cuales aún no se tiene vacuna como el cáncer o el SIDA, permitieron y permiten la mejora de la calidad de vida de las personas que repercute en el aumento de la esperanza de vida muy significativamente: en 1960 la esperanza media de vida era de 69 años en España, hoy en día ronda los 81 años. Algunos ejemplos de aplicaciones de la ciencia a los seres humanos son las válvulas cardiacas que permiten a personas con un corazón más debilitado seguir llevando el día a día. O también las prótesis de cadera, por ejemplo, que ayudan a personas con dificultad para moverse.

Por otro lado, la ciencia puede ser muy perjudicial si se le da un mal uso. La dinamita, inventada por Alfred Nobel, tiene un empleo positivo para la explotación de minas y extracción de sus minerales, pero también el ser humano le ha dado un uso negativo, utilizándolo para matar a otros hombres en las guerras. Otro caso conocido es la energía nuclear, esta se usa para la obtención de energía mediante la fusión o fisión de átomos. Pero de  nuevo, el hombre acabó añadiéndole otro uso más destructivo y dañino para el ser humano y la naturaleza, la bomba atómica.

En mi opinión, la ciencia no ha dado más cosas de las que nos ha "quitado" pero desde mi punto de vista, esto no es suficiente. Es decir, sería deseable que la humanidad se limitase a usar la ciencia de manera positiva.

domingo, 9 de noviembre de 2014

El Ébola en España.





En los últimos meses, uno de los temas principales para informar y debatir en los medios de comunicación ha sido el Ébola y su rápida expansión en el continente africano.

Esta preocupación ha sido mayor cuando se han registrado los primeros casos de la enfermedad en Estados Unidos y Europa. Hay que distinguir entre las personas que se han contagiado ayudando a otros enfermos a superar el Ébola en África y los que se han infectado mientras cuidaban a enfermos en su país, como por ejemplo, el caso de Teresa Romero en  España. Este punto es importante ya que deja ver la enorme diferencia que hay entre los países pobres y ricos en el mundo: en África, la expansión de la enfermedad se debe a la falta de medios y la situación de la economía del país que no permiten tratarlo como se debería y se recurre a la ayuda de ONGs como MSF. En cambio, el contagio de la enfermedad en los países occidentales se debe al poco conocimiento de la misma debido a que antes era un problema solo de África y no interesaba a las farmacéuticas investigarlo, ya que el mundo occidental posee una economía y unos medios suficientes para no llegar a la situación de países subdesarrollados. 

Por eso, pienso que con el caso de Teresa Romero se ha exagerado con la situación que se creía que había y la que era realmente. Es obvio que hay que preocuparse y poner los medios necesarios para ello, pero pensar que se pueda llegar a una tasa de enfermos como en Sierra Leona es algo imposible gracias al desarrollo de un país como España.

Finalmente, es necesario comentar la generosidad y el valor del personal sanitario en cualquier parte del mundo, que arriesgan sus vidas de manera voluntaria por mejorar la salud de otras personas.

miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Es necesaria la disciplina en clase?


En la sociedad en la que vivimos hoy, todo está regido por unas normas que sirven para organizar y estructurar ésta. Hay normas que en ningún momento de nuestra vida nos han tenido que enseñar o explicar, sino que desde pequeños hemos estado conviviendo con ellas y las hemos asimilado  como algo natural. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría ir al instituto en pijama ya que va en contra de estas normas elementales. Sin embargo, hay otras normas que sí han de enseñarse para la mejor convivencia de los ciudadanos en la sociedad, y ahí es donde entra la disciplina. 

La disciplina se define como el cumplimiento ciertas reglas de comportamiento propias de una profesión o un grupo por parte de una persona. Desde mi punto de vista, la disciplina es necesaria en cualquier grupo o situación formal, lo que incluye una clase. Imaginemos por un momento cómo sería una clase si no hubiera ninguna disciplina: todo el mundo hablaría cuando quisiese, es decir, no se respetaría el turno de palabra, cualquier alumno podría levantarse a tirar algo a la papelera o a ir al baño sin pedírselo al profesor, o se podría comer un alimento, ya sea el chicle o un zumo. Sinceramente, sería un descontrol y un caos. En cambio, con la disciplina todo estaría más organizado  y sería mucho más fácil dar clase, por lo que la disciplina mejora el rendimiento en el aula de los alumnos porque se asimilarían mejor los contenidos de la asignatura y la corrección de los ejercicios. Además, tanto en el aula como en el instituto las normas de disciplina deben estar muy claras porque mejoran el respeto hacia el profesor y hacia nosotros, los alumnos.

Definitivamente, la disciplina es indispensable en clase porque es el reflejo de la sociedad actual que sirve para  que personas diferentes convivan de manera pacífica.